Si hay algo que saben hacer muy bien los daneses es sacar el mejor partido de cada uno de los momentos del año. Quizá esa es la clave del “hygge”. Y la Navidad es una de las épocas más bonitas para vivir en este país.
La Navidad en Dinamarca huele a canela, a jengibre, a manzana asada y a vino caliente. Es la época de las “pebernødder” (unas galletitas redondas mezcla de varios sabores – jengibre, cardamomo y canela- que veréis en los supermercados, pero que también podéis animaos a hacer), de las æbleskiver (una especie de buñuelos de manzana calentitos, espolvoreados de azúcar) y, sin duda, del glögg (un vino caliente especiado con sabor a naranja y canela con el que, además del frío, combatir la nostalgia). Veréis que, desde ya, podéis encontrar todo esto en las tiendas. Pero incluso a la entrada del Aarhus Street Food, en la zona exterior, suelen poner unos puestecillos donde poder disfrutar de estos dulces navideños.
Como cada país, Dinamarca tiene también sus tradiciones. De las más bonitas, sobre todo para los más pequeños, la de los calendarios de adviento. Y en esto, como en todo, hay distintas versiones. Son calendarios que van desde el día 1 de diciembre al 24, con pequeños regalos, en forma de chocolate o caramelos, que diariamente recibirán los niños. En tiendas y grandes superficies hay una enorme selección y ¡ojo! también los hay para adultos. Pero hay quien también se anima a hacer su propio calendario. Es quizá más laborioso, pero permite personalizar esos obsequios y añadir otras sorpresas distintas a los caramelos y bombones.
Además de este tipo de calendarios, los daneses son muy fans de las coronas de adviento. Hay quien opta por hacerlas, recogiendo ramas, frutos y todo tipo de adornos del bosque y hay quien las compra. Estas coronas tienen 4 velas que se van encendiendo conforme llegan cada uno de los domingo de adviento. También hay una versión para encender cada día. Consiste en una vela que arranca el 1 de diciembre y llega hasta el 24 y que acompaña con su luz cada día hasta llegar a Navidad.
Los “Julefrokost”, lo que en España vienen siendo las cenas de Navidad, son otra tradición. Y en ellas, algunas veces, los participantes suelen jugar al “pakkeleg”. Para ello, cada uno debe llevar un regalo, que habitualmente no suele ser de un gran valor. Se juega con dados que se van tirando y, según las combinaciones que salgan, uno va perdiendo o “robando” regalos al resto de participantes. Es un juego rápido y realmente divertido.
La programación de la televisión también se adapta a este tiempo. Cada tarde, en distintas cadenas, los más pequeños (y también los mayores) pueden seguir los Julekalender. Se trata de una serie, de ambiente típicamente navideño, que suele durar entorno a una media hora, que empieza el día 1 y acaba el 24 de diciembre. Varios canales han apostado en los últimos años por ello (TV2, DR o Disney suelen tener uno).
Pero si hay algo que no dejaréis de ver en todos lados son los famosos “Nisse”, los duendes. Ellos son los verdaderos protagonistas de la Navidad danesa, los que, junto a “Julemand”, Papá Noel, se encargan de ponerle la magia a este tiempo. Sus gorros rojos inundarán las calles, los veréis en las cabezas de grandes y pequeños. Y muchos niños harán de “nisser” de sus propios compañeros de clase, dejándoles pequeños obsequios tratando de que nadie descubra su identidad.