En unos días, el 16 de noviembre, se celebrarán elecciones municipales y regionales en Dinamarca. Para alguien que no es de aquí resulta un tanto extraño que unas elecciones “caigan” un martes. Pero en este país la tradición ha hecho que así sea: las elecciones siempre se celebran el tercer martes del mes de noviembre. En éstas, las locales y regionales, pueden participar no solo los ciudadanos daneses, sino también todos los de la UE, Islandia y Noruega y aquellos que hayan vivido de forma ininterrumpida en Dinamarca durante los últimos 4 años.
Y es que la tantas veces manida coletilla de que la cita con las urnas es la fiesta de la Democracia cobra todo el sentido en este país. A los hechos nos remitimos. La participación en las elecciones siempre suele ser muy alta, oscila entre el 80-90% al Folketing (el Parlamento danés), y ronda el 70% si son municipales y regionales, como en esta ocasión.Además, todas las personas que están ese día en los colegios electorales son voluntarios. Muchos de ellos son reclutados a través de los partidos, pero la mayoría se ofrece para ayudar en un colegio electoral. Más de mil doscientos voluntarios estarán, el próximo martes, en los 47 colegios electorales que hay en Aarhus.
Una de las cosas más curiosas del sistema danés está en el voto por correo. Uno puede votar por correo tantas veces como quiera hasta la fecha en que este queda cerrado. El voto que cuenta en las urnas será el último emitido en fecha y hora (porque sí, el sistema registra no sólo el día, sino hasta el minuto en el que uno emite su voto).
También hay la posibilidad de votar no solo a un partido, sino también a un candidato. Es lo que se llama un voto personal y supone un respaldo a ese político en concreto. Pero ¡ojo! uno no puede votar a un candidato distinto del partido que elige, eso hace que su voto no sea válido.
Con todos estos ingredientes, que reflejan un país comprometido con la Democracia, resulta interesante ver qué ocurrirá el día 16. La sombra del COVID-19 es alargada y en los últimos días no ha hecho otra cosa que ensancharse. Esto ha provocado que muchos voluntarios, la mayoría personas mayores, hayan decidido no participar en estos comicios. A 6 días de las elecciones faltan aún más de 300 y no es lo habitual. Otro dato a tener en cuenta será el del voto por correo, que, dada la situación, se prevé que aumente (en las elecciones de 2017 hubo unos 10.000). Pero, ¿qué pasará el día 16? ¿Se mantendrán los datos de participación? ¿O el temor al COVID-19 también pasará factura política? La respuesta a todas estas incógnitas las tendremos en una semana.