La pasión por retratar es lo que une a nuestras dos protagonistas. Ambas, mujeres. Ambas, emprendedoras en una época en la que disponer de un negocio propio parecía reservado para los hombres y en la que mujeres con inquietudes como las suyas tenían que contentarse con trabajar como colaboradoras de su maridos o padres.
Thora Caroline Andrea Hallager fue una de las primeras fotógrafas danesas. En París aprendió todo lo que debía saber acerca del daguerrotipo y eso la llevó a su trabajo como fotógrafa. Abrió su propio estudio en Copenhague allá por 1857.
Siete años después, una jovencísima María Cecilia Cardarelly haría lo propio en el número 26 de la Rúa do Hórreo, en Santiago de Compostela. Apenas tenía 19 años. El suyo fue el primer estudio fotográfico que abría una mujer en Galicia y uno de los primeros en toda España.
Además de ser pioneras en este campo en pleno siglo XIX, otra coincidencia las une. Thora fue la casera de Hans Christian Andersen cuando el escritor vivió en Copenhague. En una de sus cartas, Andersen le agradeció un retrato que Thora le había hecho y que todo el mundo elogiaba. María, por su parte, fue la primera retratista de una de las grandes de las letras: Rosalía De Castro. En 1865 fotografió no sólo a la escritora sino también a su primera hija, Alejandra.
La fotografía y la literatura unen este 8 de marzo a dos mujeres extraordinarias.